Todos conocen el dicho “Quien come una manzana al día mantiene el médico alejado”, este no surgió por casualidad. Por contener un bajo índice glucémico, lo que evita los picos de insulina en los niveles de glucosa en la sandre y la repentina caída (rebote), ayuda en la pérdida de peso y contribuye a una buena nutrición.
Por ser rica en antioxidantes, protege a los pulmones y favorecen la mejora de la capacidad respiratoria, la fruta ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro, y es una fuente de pectina, que también ayuda en la saciedad, en la regulación del funcionamiento del intestino, el control del colesterol y la mejora de la digestión.
Con todos estos beneficios, lo ideal seria incluir la manzana en nuestra dieta diaria en diversos intervalos del día. Una buena opción es combinar su consumo con frutas secas (nueces, almendras y avellanas) o con proteínas (huevos, pollo o soja). El consumo de la manzana sola es una buena opción antes de los ejercicios más livianos, ya que proporciona carbohidratos de bajo índice glicémico.
La manzana puede ser mezclada con otras frutas y verduras, siendo una mistura positiva para la mejora del sistema inmune, por los micronutrientes presentes en los vegetales.
Agreguemos un poco de manzana en nuestro día.
