Una de las fuentes de energía más baratas y simple es la miel. Más allá, es un combustible perfecto para la práctica deportiva, siendo un alimento perfecto. Natural, no posee azúcares refinados y es de alta absorción; estas son solamente algunas características que hacen de la miel uno de los alimentos funcionales esenciales para nuestra práctica deportiva.
La miel es usada desde la Grecia antigua como fuente de energía. Conformada por 38% de fructosa, 31% de glucosa, 2% de sacarosa, 7% de maltosa, 17% de agua, y el resto de ingredientes pequeños; es una poderosa combinación de hidratos de carbono para el desarrollo de la practica deportiva.
Información nutricional de la miel:
La miel proporciona unas 330 cal/100 g.
VITAMINAS: Las vitaminas presentes en la miel, aunque en pequeñas dosis, a diferencia de las presentes en frutas y verduras, no se pierden de una forma rápida en su almacenamiento, sino que se conservan durante largo tiempo. Destacan la vitamina A, C, D, E, K, y el grupo B.
RICA EN ENZIMAS: diastasa, amilasa, invertasa, catalasa, peroxidasa y lipasa.
ÁCIDOS ORGÁNICOS: málico, vínico, cítrico, láctico, oxálico, fosfórico, acético y fórmico. Este último le confiere sus propiedades antisépticas. La invertasa y la amilasa protegen de los transtornos digestivos, favorecen la asimilación de sus azúcares y facilitan la digestión de otros alimentos.
MINERALES: llegan hasta el 1,5%. Se encuentran sales de potasio, hierro, calcio, fósforo, azufre, cloro, sodio, magnesio y cobre. Como norma se puede decir, que las mieles oscuras son más ricas en ellos que las claras.
En resumen, consumir miel puede ser una gran fuente de energía para todos los aficionados por el fútbol. Desde los chiquitos que recién arrancan su jornada futbolista, cuanto a los adultos y jóvenes que están desarrollando en el fútbol o fútsal.