Dicen que para reconocer a un atleta basta saber si lleva una botella de agua en su mochila. El líquido es un gran aliado del rendimiento y debe ser parte del entrenamiento de todos aquellos que se dedican a cualquier deporte, principalmente el fútbol. Cerca del 60% del cuerpo humano está compuesto de agua. Sólo por estos datos ya se puede entender la importancia que tiene para la vida. Y cuando se trata del fútbol (o cualquier otra actividad física) esta bebida es aún más importante.
Es el agua una de las responsables de mejorar el rendimiento del deportista y proteger su salud. Durante el esfuerzo físico, la temperatura corporal se eleva rápidamente. Para suavizar el calor, el cuerpo produce sudor. Si esta pérdida de agua (que está diseñado para disipar el calor generado durante la actividad) es superior al 2% del peso corporal, te sentirás fatigado. Esto es porque en el proceso se pierden líquido y algunos minerales (tales como sodio y potasio), que son muy importantes para el buen funcionamiento del cuerpo. Así que además de la deshidratación que se produce, el cuerpo puede sufrir de una elevación de la frecuencia cardíaca, la pérdida de rendimiento, dolores musculares, calambres e hipertermia.
Así que estate atento a la sustitución adecuada de líquidos. Una buena hidratación mantiene el nivel de rendimiento del corredor y puede prevenir la aparición de las lesiones, tendinitis, calambres y trastornos digestivos. Recordá, siempre, que el agua permite que el metabolismo funcione correctamente, y mejora tu desempeño.
¿Cuánta agua debo ingerir?
Lo recomendable es que el atleta inicie la hidratación con 250 ml a 500 ml de agua, dos horas antes de hacer ejercicio y mantener su consumo de líquido cada 10 min a 15 min durante su práctica. El volumen que deben tomarse en estos rangos varía con la cantidad de sudor producido, pero por lo general se encuentra cerca de 8 ml, lo que significa que sólo necesitás unos pocos sorbos de la bebida mientras estás en actividad para mantenerte bien hidratado. Lo ideal es que la temperatura del agua sea inferior a la ambiente, alrededor de 15 ° C a 22 ° C, para ayudar a bajar la temperatura corporal. Pero no te excedas con la temperatura, ya que cuando el líquido es muy frío podés sentir molestias en el estómago.
En general, con 30-45 minutos de ejercicio sólo agua es suficiente para la buena hidratación del futbolista. Por encima de este (o después de que el primer período de tiempo), el uso de gel de hidratos de carbono con el agua, así como la sustitución de sales minerales en isotónica, pueden ser necesarios. La sustitución de carbohidratos debe ocurrir entre 30g y 60g de glucosa por hora de actividad.
También hay que tener cuidado de no exagerar. El exceso de agua hace que baje la concentración de sodio en la sangre y genera un aumento en el peso corporal al final de la actividad.
Finalmente, después de hacer ejercicio, seguí bebiendo líquidos para reponer las pérdidas adicionales que se dan a través de la orina y el sudor, evitando un déficit de agua corporal que puede causar dolores musculares.