Como médico clínico generalista, me pareció oportuno tratar esta diferencia crucial en materia de enfermedades y lesiones músculo-esqueléticas ocasionadas por el entrenamiento o sobreentrenamiento deportivo.
Los clubes con el afán de brindar más actividades, los entrenadores por ejercitar más días a los chicos y los padres con el fin de que sus hijos lleguen a ser grandes deportistas, todos pierden el eje de la salud y sin darse cuenta dejamos que el límite lo ponga el cuerpo de los chichos al lesionarse o contraer alguna enfermedad por exceso en la carga deportiva.
Las lesiones musculares, el estrés, agotamiento físico es tema diario de consulta, mientras que vienen buscando en un multivitamínico lo que el disminuir la actividad es la solución.
“…doctor, mi hijo está cansado todo el día, está de mal humor, como poco, etc…”
Estos síntomas son comunes en niños que van a una actividad deportiva diaria, que sumado al horario escolar, la sobrecarga del entrenamiento desgasta las funciones físicas y mentales con posteriores consecuencias.
Hoy en día, los niños comienzan a realizar deporte de exigencia a partir de los 6 años; y desde esta edad hasta los 15 años es cuando se produce mayor crecimiento del ser humano, en especial en las zonas de crecimiento que se encuentran inmaduras para la sobrecarga muscular requerida. No mal interpretar, el deporte en su justa medida es fundamental en la niñez, ya que fomenta la sociabilización, integración a un grupo de pares y desgaste energético y liberación hormonal. Este artículo quiere concientizar acerca de los niños, que muchas veces impulsado por los adultos, se sobre-exigen con prácticas deportivas diarias, realizando un trabajo de fuerza muscular, intentando superar marcas y tiempos, aumentando el límite físico y terminan toman el entrenamiento como una obligación, donde el placer y el disfrutar de la actividad quedan de lado, obsesionándose con el rendimiento, en mantener un puesto, etc. “El querer ir se transforma en deber ir”.
CONSECUENCIAS
- Ansiedad generalizada
- Deterioro articular
- Oxidación corporal
- Contractura Muscular
- Osteocondritis
- Desgano ante otras actividades
Se debe tener en claro que un niños debe entrenar como máximo tres veces por semana, con una duración de 2 horas máxima cada día. Se debe saber que no vamos a rendir más por entrenar desmedidamente.
El cuerpo es una máquina perfecta preparada para realizar trabajos a su medida, no forzados. Los esfuerzos desgastan, y aceleran el envejecimiento de las articulaciones.
Si notamos que nuestro hijo manifiesta alguno de los síntomas detallados anteriormente, consultar el profesional. No auto-medicarse. El buen desarrollo y el crecimiento de sus hijos está en riesgo.
Dr. Guillermo Basso | Médico Clínico-Generalista | M.N. 54729