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Los beneficios de la leche y sus derivados

Photo by Pezibear, (CC0 1.0)

Como es bien sabido, nuestros hábitos alimenticios y los productos que ingerimos son trascendentales para disfrutar de una buena salud. En nuestra web ya hemos analizado previamente algunos elementos relacionados con la nutrición. Más allá de un entrenamiento adecuado para nuestras capacidades físicas hay que disfrutar de una dieta diversificada que nos aporte los nutrientes necesarios para sentirnos bien. Cuando hablamos de ejercicio físico obviamos en muchos casos esta simbiosis inseparable. Es importante recordar que hay que basarse en la pirámide alimenticia y consumir una dieta rica y diversa. Existen alimentos que todo el mundo asocia con hábitos de vida saludables como pueden ser las verduras o las frutas, pero otros que quedan escondidos bajo un cierto escepticismo. Hablamos de la leche y los lácteos, un grupo de productos altamente populares y no exentos de polémica. En este texto aportaremos cuáles son los beneficios que nos pueden aportar en relación a nuestro entrenamiento y en nuestra salud, e intentaremos promover una idea clara: acercarnos al supermercado y comprar cualquier variedad de lácticos encaja con la popular expresión “all in”, ir con todo. Un movimiento ganador que nos proporcionará un gran número de nutrientes en relación a nuestro organismo. A continuación averiguaremos por qué.

Cabe destacar primeramente que cuando nos referimos a la leche, hablamos de la de vaca. En este texto no entraremos en otras tipologías o variedades, ya que se trata de la más consumida en el mundo y la más accesible a todo tipo de espacios, sea a nivel comercial o restaurante. La leche nos ha acompañado desde el periodo neolítico, una fase de la prehistoria en la que tuvieron lugar innovaciones de gran trascendencia. Los seres humanos descubren la agricultura y la ganadería, y se hacen sedentarios, proceso conocido como la revolución neolítica.

La leche es un elemento conformado principalmente por agua, lo que nos ayuda a que el cuerpo logre una buena hidratación. Más allá de este contenido líquido, debemos remarcar que esta bebida contiene un gran número de aminoácidos que no se encuentran presentes en otros alimentos; esto aporta un gran potencial nutricional.

Este alimento también dispone de una proteína que nos ayuda a absorber correctamente el calcio, un elemento que fortalece los huesos y nos ayuda a prevenir lesiones o evitar posibles molestias derivadas de esta parte del cuerpo. También ayuda a regenerar los músculos después de un entrenamiento, disminuye la presión arterial y nos aporta capacidades antioxidantes. Este tesoro blanco también contiene una gran cantidad de vitamina D, una sustancia esencial y muy positiva de cara a nuestro bienestar. Más allá de esto también se han localizado péptidos bioactivos, unas moléculas formadas por varios aminoácidos que afectan directamente sobre nuestro sistema digestivo, mejorándolo y reforzándolo.

Photo by ponce_photography, (CC0 1.0)

Independientemente de la anteriormente citada Vitamina D, la leche también dispone de Vitamina A. Ésta es importante en relación a la salud ocular y visual. También es rica en fibra, ya que sus oligosacáridos inciden sobre nuestro sistema gastrointestinal, esto luchará de manera activa contra posibles virus o bacterias nocivas que pudieran existir en nuestro interior. También es un elemento muy recomendable ante el estreñimiento leve, mejorando así nuestro ritmo biológico.

La leche dispone de fósforo, que interviene en funciones vitales para los seres vivos, por lo que es considerado como un elemento químico esencial. Además, nos ayudará a alcanzar unos niveles de glucosa saludables, un monosacárido que las células utilizan como fuente de energía y como intermediario metabólico.

Los lácteos también inciden directamente sobre el colesterol. Se dispone de un gran consenso en la comunidad científica en relación a la disminución del colesterol después de la ingesta de leche u otros derivados. Su consumo aumenta la cantidad de colesterol bueno, conocido como HDL.

Si tratamos la cantidad recomendada que se debe tomar en un día, se recomiendan de dos a tres vasos diarios en relación al colectivo adulto, y en jóvenes y embarazadas entre dos y cuatro. Como hemos visto, su consumo nos aportará un gran número de beneficios y de elementos positivos, por tanto se trata de un elemento altamente recomendable. Sobre todo para la comunidad deportiva.

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